
En 2010, su fundador Ulrico Schena descubrió el plátano de Canarias deshidratado en un viaje a La Palma, isla de la que quedó enamorado. Como ciclista, descubrió lo perfecto y rico que es este producto para recuperarse así que decidió emprender y probar hasta tener el producto perfecto en el año 2013, naciendo en ese momento Oro de San Miguel.
Oro de San Miguel es una microempresa en la que todas las fases de producción del producto, desde su maduración hasta su empaquetado, se realizan de forma manual y con mucho cariño.
Ficha técnica